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lunes, 14 de abril de 2014

Sinfonía no. 2 en D, op. 36 - Ludwig van Beethoven

Hola todo el mundo :)
Continuemos entonces con el ciclo de sinfonías del genio de Bonn, adelante.

Sinfonía n° 2 en D, op. 36

Escrita entre 1801 y 1802. Estreno: 5 de abril de 1803. Dedicada el príncipe Carl von Lichnowsky. Compuesta en Heiligenstadt durante la larga crisis motivada por la sordera. La fuerza y la energía de Beethoven empezaban a desperezarse y serían la base del nuevo rumbo que tomaría su estética, metido ya en harina romántica. Siempre se ha asegurado que esta obra servía de gozne entre la etapa claramente clásica, con vistas al XVIII, y aquella desde la que se avistaba el romanticismo en ciernes. La personalidad estética de la op. 36 fue magníficamente retratada por George Grove en su importante análisis de las nueve Sinfonías del músico alemán aparecido en Londres en 1896 y que otros muchos musicólogos posteriores –así Prod’Homme– han recogido luego en sus análisis: “Esta Sinfonía marca el punto culminante del régimen pre-revolucionario, de Haydn y de Mozart; es desde este punto del que parte Beethoven hacia regiones en las que nadie había osado arriesgarse, que no habían siquiera sido soñadas, pero que se encuentran ahora entre nuestros bienes más queridos y por los cuales su nombre ha devenido inmortal”.

Para Grove la coda del último movimiento era lo más original: después de un acorde, traspasamos un umbral que nos conduce a un mundo de encantamiento. Todo lo que hemos escuchado hasta aquí parece vano, recalca Grove. “La tierra está olvidada y estamos en el cielo”. El ritmo cambia de pronto, aparece un motivo sereno en los vientos, como si “el sol brillara sobre el océano”. Puro Beethoven, una región llena de magia y de misterio. Enseguida reaparecen las estribaciones del comienzo grotesco y abrupto del movimiento y concluye la sinfonía en clima de jubileo. Un final, por cierto, considerado monstruoso por algunos contemporáneos.

Antes de arribar a estos compases hemos seguido un proceso sinfónico realmente valioso y bien ordenado, a despecho de que en él las novedades sean relativas. Pero, cómo no admirar esa introducción lenta, Adagio molto –bastante más larga que la de la Sinfonía nº 1–; ese Allegro con brio que debuta con un primer tema enérgico y optimista sobre trazos vertiginosos de los bajos y que contrasta con un segundo pleno de marcialidad, graciosamente acentuado. El Larghetto es muy melódico y aparece envuelto en la tornasolada sonoridad de los clarinetes. Brusco y cortante, con sus contrastes forte-piano, el Scherzo preludia ya el de la Heroica y alterna con la agreste sonoridad del Trío en re mayor.

Arturo Reverter

Para decargar la sinfonía en formato mp3, da click a la imagen :)

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Sinfonía no. 2 en D, op. 36

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